Podría ser el título de un documental, pero más que eso, se podría decir que es el título de un futuro que se nos viene encima, el de un hombre al que no le importa re-ubicarse en otros lugares siempre y cuando encuentre la ansiada paz que por algunos motivos ha dejado de tener.Echando un poco la vista atrás, los nómadas no han sido algo raro a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, Ibiza fue destino predilecto de esos nómadas norteamericanos que un buen día decidieron coger sus pertenencias y adentrarse en la cultura insular. Los hippies en ese momento tomaron la determinación de abandonar algo, sus vidas en el continente americano, para intentar resurgir en otro lugar lejano y ese lugar no fue otro que Ibiza.

Ibiza, desde ese momento, dejaría de ser una isla más para convertirse en un referente internacional de todos aquellos nómadas del mundo e inspiradora a través de los ojos de estos de nuevas formas creativas de entender el mundo que nos rodea. Un nuevo espíritu blanco que no sólo quedaría en la isla, sino que se comparte actualmente con personas de países.
Alguien se podría preguntar si cada vez que aparece una crisis de nivel mundial resurge el hombre nómada. Y más concretamente, en el caso particular del Covid-19, si el hombre quiere ser más nómada que nunca. ¿O es que nadie ha pensado en salir corriendo hacia alguna parte? Y en caso de querer salir corriendo ¿hacia donde dirigirse? ¿Ibiza otra vez?
Son muchos interrogantes sin respuesta fácil. Pero no cabe duda que el hombre nómada instalado en Ibiza desde finales de los 60 es ahora inspirador de nuevos movimientos de personas que a buen seguro veremos próximamente.